La provincia de Corrientes atraviesa una difícil situación debido a la baja de los niveles de los ríos Paraná y Uruguay, lo que afecta las reservas de agua potable en varias localidades. Las autoridades provinciales están implementando un plan de emergencia para optimizar el uso del recurso hídrico y evitar posibles restricciones en el suministro a la población. La situación ha generado preocupación en el ámbito rural, donde la agricultura y ganadería también se ven afectadas.