Secretos, confesiones y peligros de un Presidente mesiánico

Las primeras décadas de vida de Javier Milei son una sucesión de distintos infiernos. Dolor, maltrato, humillación, tristeza, ira, y, en especial, una enorme soledad. Eso es todo lo que conoció en aquellos años, un menú de horrores que servían su padre, su madre, sus compañeros de colegio y cualquier mujer a la que osara acercarse. El mundo entero, salvo por una persona: su hermana Karina.

De todos los momentos terribles que le tocaron vivir hay uno que destaca por sobre el resto. Es una escena que no puede ni quiere olvidar. De hecho, cuando la recuerda se le hace imposible no estallar en un ataque nervioso y de llanto. Una persona que tuvo una estrechísima relación con él y que escuchó de su boca este relato descarnado jura que jamás había visto a ningún hombre adulto llorar así, al punto de empapar todo el pantalón con lágrimas.

Sucedió cuando tenía 11 años. Los detalles son algo borrosos. El niño había vuelto del colegio, ese en el que le hacían la vida imposible, en el que le decían “loco”, la misma palabra hiriente con la que lo atacaban en su hogar. Ese día la casa en Villa Devoto estaba tranquila, y Javier rebuscaba en la heladera algo para picar. En eso estaba cuando llegó Norberto Milei. El tiránico padre entró hecho una furia. Cuarenta años después, el Presidente no tiene muy en claro qué fue lo que lo hizo estallar, si era algo que él había hecho o si algún asunto le había salido mal al colectivero en uno de esos negocios raros en los que andaba metido.

En cambio, lo que sí tiene muy presente es la paliza. Un golpe desde arriba lo tumbó sin pedir permiso. También tiene fresco lo que siguió: él se arrastró por el piso pidiendo clemencia, mientras que Norberto lo perseguía a los gritos, diciéndole que la culpa de todo era suya por ser un inútil, un inservible, un loco. Cuando Javier tocó con su espalda una de las paredes de la cocina sabía que el partido estaba terminado.

Norberto se le paró enfrente. Y levantó esa mano pesada, que sabía de tundas a niños, de empujones a pasajeros molestos y de gambetas a los impuestos del Estado. Y fue en ese preciso instante, justo antes de recibir la estocada final, que sucedió el momento que lo cambió para siempre.

No es que su hermana, el único ser en el planeta que lo veía como algo más que un pedazo de basura, nunca lo hubiera defendido. Lo había hecho en varias oportunidades, a veces poniendo en riesgo su propia integridad. Esa vez arrancó igual: un grito de Karina desde otra habitación, un correteo desesperado y su cuerpo interponiéndose entre su hermano y el padre de ambos. Aunque ese gesto de soldado Cabral fue heroico, no fue eso lo que hizo que esta escena se convirtiera para Milei en imborrable. Mejor dicho, en profética.

Lo que pasó ahí, y que nunca había pasado antes, es que algo se iluminó en el cielo raso de la habitación. Faltarían todavía varias décadas, un hechicero anarcocapitalista, un perro muerto y una conversación desde el más allá para que terminara de entender cabalmente lo que había sucedido, para que pudiera acomodar todas las piezas de este rompecabezas místico. Pero el niño vio lo que vio. Fue un rayo de luz que, desde arriba, se depositó en su hermana guardiana. Y que le dio el arrojo que ella necesitaba para lograr frenar la golpiza de su padre, que retrocedió como si de repente se hubiera dado cuenta de la atrocidad que estaba cometiendo. Lo que bajaba sobre Karina era una fuerza que venía del Cielo. Y los había elegido.

Lo contado hasta acá no reviste mayor importancia para la gran mayoría de los analistas. Que el Presidente crea tener un vínculo con un ser sobrenatural que le encomendó una misión divina o que juegue todas las mañanas con un animal que no existe, por sólo nombrar algunos eventos extraordinarios, son temas alejados de la agenda. Este libro propone unir a los dos Milei, al que está delante de la máscara y al que se esconde detrás. Entendiendo que lo que aparece como superficial es, en verdad, lo profundo y que las Fuerzas del Cielo, a las que él siempre menciona, son mucho más que una fuerza espiritual inspiradora. Él es mucho más que un político. Es el elegido por un ser superior, que, como cualquier mesías, busca la transformación radical de la sociedad que gobierna. Esa es la misión que el Uno le encomendó liderar.

Génesis. Tuve dos encuentros con Gustavo, el “hechicero” de Milei, el primero que lo introdujo en el mundo sobrenatural. Ambas reuniones fueron en la misma esquina de Floresta. Ahí el hombre se mostró muy abierto en compartir su experiencia, pero en especial sus preocupaciones.

Desde que vio la asunción de Milei supo que algo andaba mal. En particular, desde la misa de aquel día en la Catedral de Buenos Aires, oficiada por distintos religiosos, entre ellos Axel Wahnish, el rabino de Milei y ahora embajador en Israel.“El rabino es un enviado del Maligno”, lanzó Gustavo, con la misma terminología que usa el libertario.

Según cuenta Gustavo, un día de principios de 2017, los “siete espíritus que gobiernan el mundo”, para los cuales trabajan los “hechiceros” del planeta -apenas una docena, como él-, le hicieron llegar un mensaje. Le dijeron que tenía que ir a buscar a un señor llamado Javier Milei, que en el futuro se convertiría en Presidente de la Argentina. Lo debía encontrar para asesorarlo, pero sobre todo para contenerlo.

Los espíritus también le habían contado sobre Conan y le habían anticipado que ese 2017 sería su último año de vida. El hechicero no lo dice por pudor y porque le guarda cariño a su discípulo, pero deja entrever que, de no haber sido por él y por su aparición sorpresiva, el desenlace de un Milei sumido en el dolor por el duelo podría haber sido verdaderamente dramático.

Así comenzó un vínculo que arrancó a comienzos de 2017 y se extendió hasta entrado 2018. Gustavo iba todos los domingos al departamento en el piso 10 que Milei tiene en una torre en el Abasto. Pasaba el día junto a él y lo acompañó a lo largo de la enfermedad de Conan, muchas veces haciendo de mediador entre el padre y el hijo perruno.

De hecho, el hechicero estuvo presente en el departamento en el momento en que el perro falleció, un domingo de octubre de 2017. A lo largo de aquel proceso, desde el primer encuentro hasta el viaje a Mar del Plata en el que tiraron sus cenizas, Gustavo ocultó el verdadero motivo por el que estaba ahí. Volviendo de la despedida del perro, en plena ruta, fue que Milei se dio cuenta. “Gustavo, decime la verdad, vos y yo nos conocemos de otro lado, ¿no?”, es la frase que rememora el hechicero, que fue quien primero lo alertó de la existencia de “vidas temporales paralelas”, como las que tuvieron ambos en el antiguo Imperio Romano, uno como emperador y otro como gladiador.

Cada cual podrá sacar su conclusión, pero hay por lo menos tres personas que no piensan que el azar y las circunstancias mundiales fueron las causas del triunfo de Milei. Una es Presidente de la Nación; otra, su hermana. La tercera se sentó en un bar en Floresta a contar esta historia.

Purgatorio. El jueves 4 de abril de 2024 un teléfono sonó en la redacción de la editorial Perfil. Del otro lado de la línea estaba Santiago Caputo, a quien el círculo rojo considera el poder real dentro del Gobierno. El asesor todoterreno tenía un mensaje claro para transmitir: “Si van con esa tapa sepan que va a ser tomado como una declaración de guerra”.

Caputo hablaba de la nota que en aquel instante todavía seguía en mi computadora y que vería la luz recién al día siguiente. “El misterio de los perros de Milei”, sería el título de NOTICIAS, uno de los medios insignia de esta editorial.

En ese texto revelaba una información que en cualquier otra parte del mundo ni siquiera sería considerado una noticia periodística: que el Presidente tenía a cuatro perros viviendo con él en la Quinta de Olivos. Era un dato absolutamente intrascendente, salvo por el hecho de que Milei contaba, en distintas entrevistas, que cada mañana jugaba en la residencia presidencial con cinco animales. Las cuentas no cerraban.

El viernes 5, a la tarde, un colaborador le acercó al Presidente la portada de la revista. Entonces sucedió algo que tampoco hubiera pasado en ningún otro lado: Milei colapsó luego de ver lo publicado sobre sus mascotas, los clones de Conan, a quienes considera sus “hijitos”.

Según testigos, el libertario entró en una especie de brote, varios escalones más arriba de un enojo pasajero. Hubo objetos que volaron por los aires, gritos y, en especial, el juramento de destruir a todos los que hubieran tenido algo que ver con esa publicación, que rápidamente se convirtió en una noticia internacional.

El terremoto sacudió al Gobierno. Y no fue casual. Durante esas horas de zozobra de Milei, su hermana Karina hizo lo que venía haciendo durante las últimas cinco décadas. Lo contuvo.

Esa acción de amor fraternal tiene en esta familia una vuelta adicional: cuando Javier titubea, Karina avanza. Toma el control. Siempre funcionó así la lógica entre los hermanos y esta vez no iba a ser la excepción. La nota sobre las mascotas tendría un efecto mariposa inesperado, una muestra más de cómo los asuntos místicos de Milei afectan su presidencia.

Por un lado, desencadenaría una serie de hechos que terminarían con la expulsión de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete y el nacimiento formal del partido La Libertad Avanza en todo el país. Detrás de ambas maniobras estaba “El Jefe” que, empoderada como nunca, hizo temblar incluso al círculo más cercano y desató una verdadera caza de brujas. El responsable histórico de la seguridad de Milei, Jonathan Salerno, se comunicó en privado con la revista para pedir que NOTICIAS aclarara que no había sido él quien había filtrado la información. Para Karina todos son culpables hasta que demuestren lo contrario, incluso alguien como Salerno que jamás había tenido el mínimo contacto con el medio.

El lunes 8 se cumpliría la advertencia que, cuatro días antes, había hecho Santiago Caputo. En el programa de Fantino, Milei reveló uno de sus grandes deseos. Mirando fijo a la cámara aseguró que Perfil, la empresa editora de NOTICIAS, iba “camino a la quiebra”. Y para que no quedaran dudas de su deseo, celebró con un “¡qué bueno!”, con los ojos rojos inyectados en venganza.

El libertario declaraba en público una guerra, que con NOTICIAS había empezado tiempo atrás. Por los cuatro perros que tiene. Y también por el quinto, que solo existe en su cabeza.

Amigos. Milei y Mariano Fernández se conocieron en 2005, cuando este economista de la UCEMA le hizo una devolución de un artículo. A partir de ese momento empezaron a mantener un contacto esporádico, pero Fernández dice que para 2014 se podían considerar amigos. Es lo que se puede apreciar si se ven, por ejemplo, los textos que escribían -llegaron a anunciar un libro que jamás se terminó publicando-, las entrevistas que daban juntos o los mensajes en las redes del libertario. “Usted es un ser humano maravilloso, AMIGO QUERIDO DEL ALMA (sic)”, dice uno de tantos.

La descripción de los mensajes que Fernández muestra de su celular data de 2020. Para ese momento venía notando comportamientos extraños en su amigo. Cuenta que a partir de 2018 la personalidad de Milei se volvió aún más temperamental. Tardó un rato en unir las fichas, ya que de la muerte de Conan supo tiempo después. “Él siempre fue una persona con algunos problemitas, pero en los últimos años de la relación empezó a tener comportamientos que daban miedo”, dice.

El economista muestra uno de esas cosas que lo asustaban. En esa época Lolo, el gato de su hijo, se había enfermado y Milei lo había sorprendido con una idea que lo desconcertó: “Me dijo que tenía que hablar con su hermana, que ella podía ayudar”. Fernández agarra el celular y le da play a un audio. Se escucha la inconfundible voz de Karina, que se ofrece a mediar entre el economista y su mascota, con la que, según dice, se puede comunicar para averiguar “lo que le estaba pasando”.

Después de aquel mensaje de Karina, Javier volvió a la carga. Decidió entonces detallarle sus creencias más profundas.“Saben TODO”, le dijo, y le pasó “un dato”: “BACO, hijito de cuatro patas de DIEGO (por Giacomini), sabe de teoría monetaria”. “Hay millones de cosas que te podría contar de mis HIJITOS. Ellos son el nexo con el UNO”, dice Milei. El “UNO” es como llama a Dios. “MILTON muestra el futuro, MURRAY elabora el enfoque filosófico, CONAN arma la estrategia, ROBERT me ayuda a ver mis fallas y me contiene al tiempo que pelea contra la oscuridad, LUCAS, el angelito, nos cuida a todos, y ahora abre el canal de LUZ que me permite recibir información del UNO”, le cuenta a Fernández.

Moisés. Cualquiera puede entrar a la página web de la Asociación de Terapias Holísticas Argentina, leer su lema -“somos un grupo de profesionales de las terapias holísticas que ejercemos con un aval legal que nos permita ejercer nuestras actividades bajo un mismo código de ética”- y hasta ir a la pestaña de “maestros certificados” para ver a los profesionales que ofrecen sus servicios. Lo que no se puede hacer es encontrar a la Secretaria General en esa guía. Si uno tipea “Karina Milei”, o si se la quiere buscar por orden alfabético, ya no se la puede localizar. Su perfil está borrado. Pero sí se puede ingresar al mismo escribiendo el link https://athoa.com.ar/terapeuta/karina-milei/.

Entonces aparece el otro currículum de la hermana de Milei, más allá del que presentó cuando se convirtió en funcionaria y que reveló Victoria De Masi en el libro que escribió sobre ella, donde da cuenta de que Karina pasó 16 años trabajando como recepcionista y luego como dueña de una casa de venta de neumáticos.

Pero en este otro perfil laboral los detalles son muy distintos. Acá se define como una “terapeuta holística integral” y muestra experiencias muy diferentes a las de su actual CV. La primera disciplina que aparece es la “canalización angelical”.

Patricia Méndez es una “terapeuta transpersonal” que la define así: “Es una terapia que tiene mucho que ver con lo místico. Por ahí cuando hablamos de terapia la gente busca algo con sustento científico y esto tiene es un enfoque místico. Cuando decimos místico estamos hablando de que nos permite conectar con algo superior, con la divinidad. A través de la canalización angelical buscamos permitirle al paciente que se conecte con sus ángeles, con sus seres espirituales”.

Aunque cambia según a qué profesional se le pregunte, el consenso es que cualquier “canalizador” está capacitado para “abrir” un “canal” de “luz” a través de la cual logran conectar con los ángeles de una persona, con Dios y en ocasiones también con seres humanos. En general son familiares o allegados ya fallecidos.

Quien desarrolla esta capacidad -todos, si se entrenan, pueden lograrlo, aunque algunos tienen más predisposición innata que otros- recibe comunicaciones desde el más allá por afuera de las sesiones con sus pacientes. Cualquier día, andando por la calle, los maestros pueden llegar a tener algún ida y vuelta con un ser superior. La Secretaria General, tal cual lo pone en su currículum, es una de esas personas.

Karina también posee otras habilidades. Una de ellas es la Merkabá, una meditación que se remonta a los tiempos del Antiguo Egipto, pero que también aparece en la tradición judía. Esta disciplina permite a los maestros conectar con el halo de luz que rodea a cualquier ser humano y, a partir de allí, hacer de intermediario entre un “reino superior” y el paciente.

Hay otra disciplina que figura en el currículum místico de la Secretaria General. Una es la de los “registros akáshicos”, que según la tradición hinduista son como una especie de “biblioteca” energética que guarda los archivos del alma de cada ser, en donde habría una “fuente universal” de información. A través de estos registros se puede acceder, creen estos maestros, a vidas pasadas y, en función de eso, “descubrir” el propósito de su vida.

El currículum místico de la Secretaria General permite establecer algunas conclusiones. Como ya se dijo en este libro, Milei está convencido de haber llegado a establecer una comunicación con Dios. En ese relato siempre era Karina la que tenía un rol central para mantener ese ida y vuelta, rol místico que el propio libertario dejaba entrever cuando se refería a ella en público. Pero había grandes lagunas sobre el ida y vuelta de Milei con Dios. ¿Cómo era exactamente ese diálogo? ¿Cómo se comunicaba con las Fuerzas del Cielo?

Esas dudas se disipan al descubrir el currículum místico de la Secretaria General. La “canalización angelical” que presenta en su currículum esotérico es demasiado parecida a la “conexión especial” que su hermano dice tener con Dios para suponer que se trata de una casualidad. Quedan, sin embargo, otras dudas. Los “maestros” de la canalización angelical dicen poder recibir mensajes del reino superior en cualquier momento del día. ¿Llegarán los ángeles a mandarle mensajes a Karina a la Casa Rosada? Y quizá la más importante: ¿cuántas cosas deciden, ella y su hermano, en base a ewsos diálogos místicos?